sábado, 15 de septiembre de 2012

Diseño para la Innovación Social: Una entrevista con Ezio Manzini


Ezio Manzini es un estratega de diseño italiano y uno de los principales expertos del mundo en diseño sostenible. Autor de numerosos libros de diseño, profesor de Diseño Industrial en el Politécnico de Milán, y fundador de la Desis (Diseño para la Innovación social hacia la sostenibilidad), su trabajo en los últimos 30 años en la sostenibilidad y la innovación social se ha unido en torno a cuatro consignas: pequeña, abierta, local y conectada. Reproducimos la entrevista concedida a shareable.net.
P: ¿Qué es lo más interesante para usted en este momento?
R: En este momento, lo más interesante desde mi punto de vista es lo que podemos hacer para catalizar los recursos más abundantes que tenemos en el planeta, que son nuestras capacidades humanas. Esto es, si quieres, mi lema y es también una cuestión filosófica muy profunda. Si tenemos en cuenta que tenemos un pequeño planeta muy poblado, para pasar a la sostenibilidad  tenemos que hacer el mejor uso de todos los recursos que tenemos. Podemos mirar a la gente del planeta de dos maneras. Podemos ver a los 7 millones de personas de hoy o a los 9 mil millones de personas que habitaran el planeta el día de mañana como la mayor amenaza y el mayor problema, dado que somos un pequeño planeta. Pero dado que esos 7 millones de personas somos: usted, yo, mis amigos y la gente que conocemos, los deberíamos ver no como problemas sino como personas con capacidades, como operadores inteligentes. Por lo que podríamos decir que el planeta es muy rico en operadores potencialmente inteligentes. ¿Qué significa permitir toda la potencialidad de tanta gente inteligente? El sistema puede ayudar a catalizar lo mejor, o catalizar lo peor. O hacer a las personas más estúpidas de lo que normalmente es. Creo que esto es un reto muy grande. Este es el desafío más grande y con mayor potencial. Colectividad puede ayudar.
Hay, en mi opinión, un nuevo modelo para organizar: la sociedad, la producción, el consumo y lo que sea. Cuando uso las palabras: pequeño, abierto, locales y conectados, esta es mi manera de contar la historia. La gente puede decirlo de otra manera, pero el resultado es similar. Por supuesto que es una metáfora: tener entidades pequeñas que cuando se conectan, se convierten en grandes entidades. Es evidente que todo esto es gracias a la red. Pero una vez que aparece, no es sólo en relación con lo que puede hacer, estrictamente hablando, en la red y con las tecnologías. Es una manera de imaginar la forma en que los servicios sociales son entregados a la sociedad y la forma en que nos podemos imaginar a las economías afincadas en un lugar y en parcialmente auto-suficiente pero que al mismo tiempo se encuentran conectadas y abiertas a los demás. Esta es una relación muy interesante entre ser local, estar relacionados con un contexto determinado y al mismo tiempo estar abierto y conectado; una comunidad cerrada o no provincial se arriesga a estar en contra de los demás. Esta es una idea que es clara y fuerte si se habla desde el terreno en donde la gente trata con redes, código abierto y de igual a igual. Pero puede convertirse en una metáfora muy general e incrustarse en algunas realidades para convertirse en una poderosa manera de organizar una sociedad sostenible.
Después de haber tratado el tema de la sostenibilidad en los últimos 30 años, he tenido que replantear varias veces mi manera de discutir el problema. Una gran cantidad de temas de sostenibilidad son simples para discutir de una manera ingenua hace 30 años porque nadie, incluidos nosotros, tenía ideas concretas sobre cómo una sociedad sostenible podría llegar a ser. Ahora, por suerte, un montón de experiencias se han realizado y las buenas ideas se han extendido. Como investigador busco la manera de proponer un tema de una manera relativamente nueva y que pueda ayudar a que el proceso avance más rápido o encontrar una mejor dirección. Hoy en día por ejemplo, mi manera de lidiar con la sostenibilidad se ha desplazado hacia la innovación social. Para mí, lo primero es tratar con los cambios sostenibles que principalmente son culturales y de cambio de comportamiento, el momento clave para avanzar en este tema ha sido cuando cambie mi pensamiento de:”¿Qué puedo hacer para ayudar a cambiar el comportamiento de las personas?” Hacia el descubrimiento de que un montón de gente (incluso si todavía no son tan visibles) ya había cambiado, en el buen sentido, sus comportamientos. Y que por lo tanto, la pregunta correcta es: “¿Qué puedo hacer para activar y apoyar a estas nueva forma de pensar y hacer? ¿Cómo puedo usar mis conocimientos de diseño y herramientas para capacitar a estas innovaciones sociales de base? “
P. ¿Puede describir uno o varios ejemplos específicos de innovación ecológica a nivel base y lo que los hace exitosos en su opinión?
R: Podemos ver por ejemplo en “cero millas de alimentos”, donde se establecen no sólo una nueva forma de comer, sino también una nueva relación entre producción y consumo, y entre la ciudad y el campo. Ahí están los servicios de colaboración, donde las personas mayores se organizan para el intercambio de ayuda mutua y al mismo tiempo, promover un nuevo concepto de bienestar. Otros ejemplos son los jardines de los barrios, puestos en marcha y gestionado por los ciudadanos y que de esta manera mejoran la calidad de la ciudad y su tejido social, o grupos de familias que deciden compartir algunos servicios para reducir los costos económicos y ambientales, y al mismo tiempo crean nuevas formas de barrio. Una vez que comenzamos a observar la sociedad y a buscar este tipo de iniciativas, una variedad de otros casos interesantes aparecen: las nuevas formas de intercambio social y la ayuda mutua (por ejemplo, los sistemas de comercio locales de cambio y bancos del tiempo), los sistemas de movilidad que presentan alternativas para el uso de los automóviles (de coche compartido y el redescubrimiento de las posibilidades que ofrecen las bicicletas), el desarrollo de actividades productivas basadas en los recursos locales y las conexiones entre redes globalmente más amplias (como es el caso de algunos productos típicos de un lugar específico, o de las redes de comercio justo y directo entre productores y consumidores establecidos en todo el mundo). La lista podría continuar, tocando todos los ámbitos de la vida cotidiana y emergente en todo el mundo.
En cuanto a los casos de la innovación social se puede observar que desafían a las formas tradicionales de hacer las cosas y de introducir un nuevo comportamiento diferente y más sostenible. Por supuesto, cada uno de ellos debe ser analizado en detalle (para evaluar con mayor precisión su efectiva sostenibilidad ambiental y social). Sin embargo, a primera vista podemos reconocer su coherencia con algunas de las directrices fundamentales para la sostenibilidad. En primer lugar, muchos de ellos tienen una capacidad sin precedentes para alinear los intereses individuales con los sociales y ambientales. Por ejemplo, un efecto secundario es que refuerza el tejido social, genera ideas nuevas y más sostenibles de bienestar, un bienestar donde se da mayor valor a la calidad del contexto físico y social, a una actitud de cuidado, a un ritmo más lento en la vida, a acciones de colaboración, a nuevas formas de comunidad y nuevas ideas sobre localidad.
Detrás de cada uno de estos casos promisorios de la innovación social, hay grupos de personas que han sido capaces de imaginar, desarrollar y gestionarlos. A primera vista, muestra que tienen algunos rasgos fundamentales en común: todos ellos son grupos de personas que en cooperación inventar, mejorar y gestionar soluciones innovadoras para nuevas formas de vivir. Y lo hacen recombinando lo ya existente, sin esperar a un cambio general en el sistema (en la economía, en las instituciones, en las grandes infraestructuras). Por esta razón, estos grupos de personas se puede definir como comunidades creativas: las personas que en cooperación proponen inventar, mejorar y gestionar soluciones innovadoras para nuevas formas de vivir: los héroes sociales que encuentran en sí mismos la capacidad de romper las reglas del juego (es decir, los principales corrientes de formas de pensar y hacer) y operan con éxito en una forma creativa y colaborativa. Teniendo en cuenta que el punto clave para mí como diseñador es ayudar a estas comunidades a existir, consolidarse, a difundir y a replicar sus ideas. Es decir, de ser relativamente marginales para ser difundidos y esperar en el futuro ser la nueva corriente dominante.
P: ¿Cuál cree usted que es el tema más controvertido en el diseño destinado para la innovación social? ¿Y dónde se posiciona sobre el tema?
R: Para moverse en el campo de los diseñadores de innovación social encuentro la necesidad de definir un conjunto de herramientas conceptuales y prácticas. Pero, en primer lugar, tienen que reconocer que el diseño no se define por los productos que se han diseñado, sino por un cuerpo específico de conocimiento que puede ser aplicable a una multiplicidad de objetos y en los ganglios de la diversidad de los procesos del diseño. En otras palabras, si usted no reconoce que el diseño también puede ser una estratégica, usted  no se puede imaginar que el diseño puede jugar un papel importante en el desencadenamiento, el apoyo y la ampliación de la innovación social. Al mismo tiempo, los diseñadores deben reconocer que ellos no son los únicos en hacer este tipo de trabajo, que otros actores están involucrados con varios y diferentes papeles decisivos y que, por tanto, su contribución original tiene que ser mejor entendida por los otros socios (y, a veces, por los propios diseñadores.)
Fuente: shareable.net